En una sociedad de clases, la política cultural también tiene un carácter de clase. Esto debe contrarrestarse con una cultura democrática. La cultura debe servir para ampliar la conciencia. Debe promover la comprensión del mundo y el diálogo entre personas de todos los ámbitos de la vida. En este sentido, es un requisito previo imprescindible para mejorar nuestra sociedad. En nuestro sistema actual, sin embargo, la cultura está sujeta a la lógica del lucro y, por lo tanto, no puede cumplir con su misión real. Abogamos por una cultura que esté orientada hacia el siguiente objetivo principal: el desarrollo del individuo y la sociedad.
Exigimos específicamente:
No descansaremos …
hasta que, con la sociedad socialista, el arte y la cultura se hayan convertido en un lugar de desarrollo artístico irrestricto y de reflexión sobre el desarrollo social.